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Cuando despertemos de esta pesadilla ya habrán rifado todo el país

1.500 millones de dólares en deudas con los bancos de Nueva York, cuyos intereses se pagarán al día y cuyo monto tendrán que pagar en 30 años nuestros hijos y nietos, cierran el tremendo cerrojo transnacional sobre nuestro país. Este cerrojo forma parte de un paquete que nace en el mismo momento del golpe sicario perpetrado el 15 de junio de 2012, con la masacre de Curuguaty y la posterior formalización en el juicio exprés a Fernando Lugo.

Forman parte de este cerrojo las múltiples variedades de semillas transgéncias habilitadas, la concesión de Dahava Petroleum de parte del Chaco para prospección y la Alianza Público Privada.


De fondo, como si nada, la profundización de las relaciones de por sí carnales con las fuerzas militares norteamericanas y, desde el gobierno de Horacio Cartes, con la inteligencia Israelí


Es un paquete de medidas que ata nuestro país, su economía y sus recursos naturales, al sistema financiero internacional, a las transnacionales del agronegocio y, de yapa, a las transacionales del tráfico de drogas, incluido el cigarrillo, y las armas.


Tiene razón el ministro de Hacienda Santiago Peña al decir que pasamos de ser una despensa a ser un supermercado. Un supermercado trasnacional donde todo se rifa: recursos naturales, mano de obra y el futuro.


Un modelo de acumulación que genera miles de millones de dólares para arriba, abajo una exclusión social tremenda, destierro y desolación incluidos.


Pobreza, marginalidad y sálvese quien pueda de condimento, con faca incluida.


Nada ha sido casual. Ningún acto desde el golpe sicario se consumó fuera del plan. Se cerró el telón, la falsa democracia, por el lado más oprobioso.


Y no es joda. No da gusto.

Fuente: E´a

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